Idiotas con contenedores

Esta ciudad siempre se caracterizó por ser muy mugrienta, ya que la gente que vive en ella generalmente tira todo lo que no le sirve al suelo, sin preocuparse en depositar sus residuos en los tachos. A eso hay que agregarle la gran cantidad de gente que recorre las calles todos los días escarbando la basura para vivir (sí, tal cual, en un país de producción alimenticia), y que no abre cuidadosamente las bolsas sino que las cortan con cuchillitos.
Como excelente solución, se instalaron los contenedores. En lugar de dejar las bolsas en la orilla de la vereda para su posterior recolección, se pone todo en un container que, al final del día, el servicio de recolección vacía en sus camiones.
El problema es que ahora han aparecido imbéciles descerebrados eliminables que se dedican a iniciar fuego dentro de los containers (que son de plástico). Y andando por la ciudad uno puede ver algún container ardiendo, o la bola plástica que queda cuando ya se apagó.
Y la Municipalidad tiene que andar reemplazándolos.