El menos esperado
Si bien cambio de recorrido al volver del trabajo, suelo pasar por algunos puntos sin importar el camino que tome.
Hoy me detuve en una esquina por imperio de un cartel de "Pare", como corresponde. Hay que detenerse completamente, y luego chequear si viene alguien, y retomar la marcha en caso que no venga nadie. La cosa es que venía un señor con un carro, juntando las sobras de la sociedad que lo mantiene al margen. Como paré y le dí paso, me sonrió claramente, y me agradeció el gesto.
Fuera de mi novia, fue el único que me sonrió de manera sincera, y me agradeció algo en todo el día.
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