martes, abril 12, 2005

¡Aprendamos!

El otro día, Shell y Esso decidieron subir el precio de sus combustibles, por tal y cual cosa, como siempre. A pesar de que el crudo pueden comprarlo aquí en la Patagonia por mucho menos, insisten en subir cuando sube el precio mundial. Patrañas. La cosa es que por primera vez se propuso un sistema de control de precios basado en la sensatez: no comprar. Así debe ser siempre, pues, nosotros los argentinos, acostumbrados a ser unos verdaderos analfabetos del consumismo, parece como que somos estúpidos y volvemos a ese restorán donde nos trataron mal, nos trajeron la comida fría y nos cobraron una fortuna. La cosa es que el Gobierno propuso boicotear a esas dos petroleras. ¿Y qué pasó? Sorprendentemente, lo correcto. Nadie iba a Shell y a Esso, y las ventas se les vinieron hasta un 60% para abajo. Por otro lado, Repsol-YPF y Petrobrás tuvieron incrementos en sus ventas. Genial. Faltaba nomás la frutilla del postre, que vino en estos días: Shell y Esso bajaron sus naftas y el gasoil (Shell no lo hizo con el gasoil, 70% de sus ventas). Y no sólo bajaron, sino que al menos Shell llevó los precios a niveles aún menores que antes del aumento que generó el boicot.
Más allá de situaciones indeseables con los piqueteros que fueron a joder a las estaciones de servicio, esto es un claro triunfo y ejemplo de que no hace falta la violencia ni el patoterismo para lograr un objetivo, que cada vez es más común. Con inteligencia y constancia se logran siempre las metas.