Con tuco
El otro día llegué a mi casa luego del trabajó y me encontré con que alguna clase de idiota había pasado por mi vereda y la había regado con ravioles. Sí, leyeron bien, ravioles. Quizás vendría hablando por celular, o mirando las beldades de una mujer. El tema es que se le empezaron a caer los ravioles de a poco de su bandeja, y me enchastró la vereda, justo donde debía entrar el auto. Obvio. No irían a caerse donde a nadie le molestara.
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